martes, 3 de octubre de 2017

Declaración de Cuetzalan



Pronunciamiento conjunto entre las organizaciones Unidad Indígena Totonaca Náhuatl – UNITONA, de la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske y de los investigadores participantes al Foro del Maíz reunidos en el marco del coloquio internacional “Agro-biodiversidad, patrimonios locales y OGM” (Cuetzalan, Sierra Norte de Puebla, 22 de Septiembre 2017).

Los trágicos eventos de los temblores del 7 y 19 de septiembre son un recordatorio de que los seres humanos no somos nada frente a las fuerzas de la naturaleza, frente a la Madre Tierra. Pero también que los desastres no son “naturales”, la dimensión del desastre es una consecuencia de actuaciones humanas – así como también es el caso con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad debido a un modelo de desarrollo contrario a los principios de reproducción de la vida.

En la historia de los pueblos, el derecho a la vida se va cultivando a través del maíz y la milpa. Los conocimientos de las comunidades son una herencia milenaria de nuestros ancestros.

Como resultado del encuentro de Cuetzalan y del diálogo entre investigadores de México, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia con miembros de los pueblos originarios nahuas y totonacos amenazados por “proyectos de muerte” que pretenden despojar a los habitantes de sus semillas a través de la contaminación transgénica: nos declaramos a favor de los “proyectos de vida” y contra el mal empleo del conocimiento que genera una perversión de la ciencia sometida a objetivos mercantiles.

Nos pronunciamos a favor de una ética del conocimiento al servicio de las organizaciones comunitarias y de los centros de estudios en las comunidades.

La reflexión nos permitió ver que la producción de nuestras semillas es generadora de un sustento amplio que permite mantener los diferentes medios de vida y que a la vez genera salud en la alimentación, que no solo es una riqueza gastronómica.

En la milpa se reproduce la comunidad. Es generadora de la misma composición pluricultural de la región así como de procesos y proyectos de vida, procesos educativos que giran alrededor del maíz, las plantas y otros seres asociados dentro de la misma.

Nuestros conocimientos agroecológicos son amenazados por los impulsos nacionales e internacionales de estandarización de las semillas y el derecho de propiedad  intelectual privada a través de los patentes sobre organismos vivos.

Estos son ajenos a la forma de cómo se vive en nuestros territorios, rompen con la armonía y el respeto hacia las personas, Dios-Kimpuchinakan, y la Madre Tierra.

Como pueblo y como investigadores, nos oponemos a que nuestras semillas vivas mueran y que seamos forzados a ser consumidores de las grandes empresas agroindustriales.

Como pueblos, respetamos los valores de la naturaleza; no estamos de acuerdo en encaminarnos a un modo de vida que atenta a nuestra cultura por el dominio de grandes empresas agroindustriales, farmacéuticas y  biotecnológicas. También consideramos que las políticas de gobierno están enfocadas a desgastar el campo mexicano, impulsando el despojo de los saberes, semillas y soberanía alimentaria. No estamos de acuerdo que éstas se lleven nuestro conocimiento.

Como investigadores, nos comprometemos a poner nuestros conocimientos al servicio de las comunidades para seguir defendiendo la vida comunitaria. Por otro lado, las comunidades nos comprometemos a seguir acompañando las investigaciones que promuevan la vida. Consideramos que es de importancia alentar a los jóvenes y los niños en esta filosofía de la vida, impulsando procesos pedagógicos y siguiendo con diálogos de saberes de manera más constante, recuperando la cultura oral. La milpa también es una escuela que hay que defender.

Esto incluye a los investigadores que no solamente se comprometen a regresar sus textos a las comunidades, pero también a compartir a través de estos diálogos su producción científica, la cuál se apoya en el conocimiento local para producir nuevos conocimientos desde la perspectiva de cada disciplina académica.

Por medio de este proceso, los investigadores le dan sustento científico al conocimiento local y se comprometen a regresarlo a través de diálogos y procesos educativos.

Estamos en contra del robo del conocimiento que viola nuestros derechos nacionales e internacionales, derechos que no nos conceden por arriba: nacimos con ellos como se sustenta en la Constitución de México, la Convención sobre Diversidad Biológica y el Protocolo de Nagoya, en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas, en el Trado Internacional  sobre los Recursos Fitogenéticos  para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2001) y en el “Privilegio del agricultor” establecido en el Convenio internacional para la protección de obtenciones vegetales (UPOV, Paris, 1961). Sobre este último punto declaramos sin embargo, que más que un “privilegio” se trata de la manera natural en que se ha desarrollado la agricultura en nuestros pueblos desde 9,000 años.
Por lo mismo rechazamos categóricamente las recientes propuestas de Ley General de Biodiversidad y de Ley General de Desarrollo Sustentable, que no respectan las obligaciones internacionales de los instrumentos legales arriba mencionados y a los que México suscribió. Estas iniciativas fueron avaladas en el Senado aprovechando de que la sociedad civil mexicana e internacional tienen su atención enfocada en las consecuencias de los recientes desastres.
El robo de conocimientos pone a la venta recursos genéticos que son de los pueblos y va en contra de la reproducción de la vida.

Propuestas de acción

Desarrollar una red de información y asesoría de manera conjunta entre investigadores y las comunidades a favor de los “proyectos de vida”. Esto se impulsará próximamente a través de la organización de talleres de sensibilización sobre los retos de la defensa de la agro-biodiversidad en nuestros territorios.

Las comunidades nos comprometemos a exigir a las autoridades que no permitan cambios de usos de la tierra para proyectos extractivos. Y articularnos con los procesos organizativos que defienden la vida desde las prácticas comunitarias y el cultivo de la milpa.

Los investigadores nos comprometemos a informar en nuestras instituciones y en nuestros países sobre las luchas de los pueblos.


UNITONA – Unidad Indígena Totonaca Náhuatl
Unión de Cooperativas TOSEPAN TITATANISKE

Los organizadores del coloquio internacional:

Dr. Nicolas Ellison, Investigador de tiempo completo, Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales y Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, CEMCA- Embajada de Francia en México).

Dra. Laura Romero, Directora del departamento de Antropología, Universidad de las Américas – Puebla.

Dr. Charles-Édouard de Suremain, Director de Investigación, Institut de Recherche pour le Développement (IRD, Francia) y CIESAS-DF.

Y firman los ponentes y participantes :

Dr. Serge Bahuchet, Profesor en el Museum National d’Histoire Naturelle, Paris.
Dr. Francisco Alberto Basurto Peña, Jardín Botánico, Instituto de Biología, UNAM.
Dr. Pierre Beaucage, Profesor emérito de la Universidad de Montreal, Canada.
Dr. Renzo D’Alessandro, Investigador CIESAS-Sureste
Dr. Jean Foyer, CNRS, Francia
Dra. Liz Fitting, Profesora, University of Dalhousie, Canada
Dra. Gabriela Garrett Ríos, Profesora de tiempo completo, Universidad Intercultural del Estado de Puebla (UIEP).
Biól. Erica L. Hagman Aguilar, Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC)
Dr. Tim Ingold, Profesor Catedrático, University of Aberdeen, Reino-Unido.
Dra. Cristina Mapes Sánchez, Instituto de Biología, UNAM
Dr. Alfredo López Austin, Profesor emérito, IIA, UNAM
Dr. Quetzalcóalt Orozco Ramírez, Investigador, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, UNAM
Pauline Rameau, Candidata a Doctor e investigadora del Museum National d’Histoire Naturelle, Paris
Lorenzo Sapochetti, Candidata a Doctor e investigador Universidad Sapienza de Roma.
Alejandro Trueba Carranza,  Asesor de la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria, SEP.
Dr. Pablo Valderrama, Investigador a tiempo completo del INAH
Dra. Ana Maria Velasco Lozano, Profesor Investigador Titular “C”, Dirección de Etnología y Antropología Social, INAH
Rodrigo Vidal Martínez, estudiante de la licenciatura en desarrollo sustentable, UIEP.